Chalchiuhtlicue
Chalchiuhtlicue tiene como significado La de la Falda de Jade debido a su etimología en náhuatl (Chalchihuitl: jade, Cueitl: falda).
Siendo esta la Diosa del Agua o Diosa de los Lagos y Corrientes de Agua (río, mares, tormentas, bautismos), Patrona del parto por lo que está enlazada a la fertilidad.
Es una de las Deidad femeninas más importantes en México y en la cultura americana, y eso se traduce en que muchos pueblos indígenas siguen teniéndola muy presente.
Chalchiuhtlicue es símbolo de la protección de niños recién nacidos, mujeres y la fertilidad en los cultivos.
Por otra parte, se dice que estaba casada con Tláloc el Dios de la Lluvia. Sin embargo, hay teorías que aseguran que era su hermano.
Asimismo, juntos regían en Tlalocán que era un reino paradisíaco al que todos y todas querían ir.
Representación de Chalchiuhtlicue
A Chalchiuhtlicue la pintaban como una joven hermosa que lleva consigo una corona de, su cara amarillenta con líneas negras en manera vertical y un collar con borlas hecho de oro.
Asimismo, su vestimenta hace alusión a la corriente del agua, su falda verde por la cual se le conoce posee una imagen de bebé que le da dicho significado.
De igual manera, en otra de sus representaciones se le ve en las manos un bastón que simboliza al rayo y una bolsa de donde brotan unas nubes. Igualmente, se le aprecia sosteniendo un escudo con una flor acuática.
Sus diferentes representaciones se encuentran en varios manuscritos en los que se destaca el Códice Borgia en sus placas 11 y 65. Asimismo, en el Códice Río y el Borbónico
Mito
Según el mito de los cinco soles, esta diosa es la responsable de la creación de cuarto mundo. Debido a que derramo un diluvio que destruyo el cuarto sol y convirtió a las personas en peces.
Del mismo modo, creó un puente que conectaba al cielo con la tierra y por donde podían cruzar los que estaban bendecidos por ella. Sin embargo, gracias a este diluvio se creó el quinto sol.
En el calendario Azteca abarca una gran cantidad de celebración en su conmemoración y que se hacían con la intención de invocar a la lluvia para mantener la salud de las cosechas y en símbolo de la fertilidad para las personas y la tierra.
Una diosa muy especial la cual estaba muy presente en la cultura azteca, una de las imprescindibles en cualquier hogar, en cualquier rincón.